viernes, 26 de diciembre de 2014

La importancia de las pruebas impresas





Por poneros en situación, en esta entrada quiero comentar un poco los típicos errores de diseño y la importancia de sacar pruebas imprensas; más adelante hablaremos sobre las erratas ortográficas.

Después de más de diez años trabajando como diseñador gráfico y maquetador en una imprenta, uno ha visto de todo en cuanto a erratas y errores en pruebas de corrección. Normalmente el trabajo que se realiza completo en el taller se revisa varias veces. Al ser tu mismo el que lo has hecho, lo conoces perfectamente y por eso, después de pasar varias horas viéndolo en pantalla, en el momento que ves la prueba impresa enseguida detectas si hay algo que no cuadra. A esto se une la experiencia que te dice dónde se suelen producir errores. Esto te lleva a tomar especial atención en esos puntos críticos y es muy difícil que se pueda escapar algún fallo importante.

El problema es cuando te llega un diseño en pdf ya preparado para imprimir y que el diseñador (que casi nunca te envía pruebas impresas) te asegura por teléfono que está perfecto y que lo metas a máquina que corre prisa. En esta situación, hay muchas probabilidades de que el trabajo termine en la basura. Por poner ejemplos, los casos más extremos que he visto han sido un folleto con un plegado complicado que luego resultaba ser imposible de realizar y un catálogo de una exposición de arte en el que había dos páginas en blanco en el interior.

En el primer caso, el error venía de que el año anterior se había hecho el mismo folleto (plegado en acordeón y finalmente recogido en cartera) y no hubo ningún problema en el pliegue. El diseñador tomó esa maqueta y mantuvo la disposición de la segunda y la última página que al abrir el primer pliegue quedaban enfrentadas y tenían una fotografía de fondo que se extendía en las dos páginas. El problema vino en que el segundo año había menos información y se suprimió una hoja del interior, lo que hacía que la segunda y la última página no quedaran enfrentadas al realizar el pliegue según el diseño que nos habían enviado. Después de sacar una prueba impresa y comprobar que no podíamos hacer lo que se nos pedía, le llamamos y nos dijo que lo había comprobado bien y que estaba todo perfecto... Dos horas más tarde nos llamó para decirnos que no lo metiéramos en máquina que se había dado cuenta de que había un problema.

En el segundo caso, se trataba de un catálogo de una exposición de arte en el que el diseñador reservó dos páginas para incluir una presentación del político de turno. El caso es que al final no hubo tal presentación, pero ahí se quedaron los dos espacios en blanco. En este caso, sacamos pruebas y nos pareció extraño así que se las enviamos para que las comprobaran. Nos contestaron que estaba todo en orden, así que se imprimió. Por supuesto, al día siguiente de estar impreso nos llamaron para preguntarnos que hacían allí esas dos páginas en blanco.

Otros casos típicos de errores en diseño suelen ser la desaparición de logotipos o tipografías, imágenes que se cambian unas por otras o de tamaño, falta de sangrado en los márgenes, problemas en la sobreimpresión de las tintas, el uso de más tintas de las necesarias...

En resumen, antes de mandar cualquier trabajo a imprenta, se debe sacar una prueba impresa del pdf que se va a enviar, comprobarlo en detalle y a ser posible, enviar esa prueba final a la imprenta para que ellos tengan una referencia física de lo que hay que imprimir. Al final, la persona que lo ha creado es la que mejor conoce el trabajo y el que más posibilidades tiene de ver si hay algún problema. El diseñador debe ser consciente de que sobre él recae la responsabilidad de que todo salga según se ha planteado.

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