miércoles, 31 de diciembre de 2014

Anillos inversores





Si por algo me gusta utilizar el macro en fotografía es porque puedes ver objetos cotidianos corrientes como nunca antes los habías visto. Por desgracia, los objetivos macro que te permiten enfocar a distancias cortas tienen un precio muy elevado; sin embargo, gracias a lo que se conoce como anillos inversores podemos hacer este tipo de fotografías con objetivos normales, eso si, la dificultad para hacerlas es mucho mayor, pero conociendo bien el funcionamiento de la cámara se pueden conseguir buenos resultados.


Un anillo inversor, que se puede conseguir por unos siete euros en Internet, lo que te permite es conectar el objetivo de la cámara invertido. Básicamente es un aro de metal que por una parte lleva un acople específico para la bayoneta de nuestra cámara y por el otro una rosca del diámetro del objetivo que queremos utilizar.



Al invertir el objetivo, este funciona de manera inversa a como lo hace normalmente, de modo que si tenéis un tele del tipo 28-70 mm, lo que antes era el angular (es decir, el 28 mm) ahora funcionará como teleobjetivo y os permitirá acercaros muchísimo al sujeto a fotografiar, teniendo la capacidad de enfocar a distancias de muy pocos cm.

En cuanto a la forma de realizar las tomas, es obligatoria la utilización del trípode y disponer de una buena iluminación. Asimismo, también es recomendable utilizar un disparador remoto o el autodisparador de la cámara. Todo esto es debido a que al movernos en distancias tan cortas, el más mínimo movimiento de la cámara se detecta en la fotografía y por tanto es muy fácil que la foto salga movida por el simple movimiento de presionar el disparador. En cuanto al objetivo a utilizar, aunque en principio valen todos, dependiendo del modelo que tengamos no podremos controlar el diafragma, lo cual nos limitará mucho lo que podemos hacer. Para solucionar esto, los modelos de objetivos ideales son aquellos que incorporan un anillo manual de control del diafragma. Si no tenéis ninguno de este tipo, se pueden encontrar de segunda mano por Internet a buen precio. El conectar el objetivo del revés implica que mediante la cámara sólo se podrán controlar la velocidad y la sensibilidad. La apertura del diafragma y el enfoque deberán hacerse de forma manual desde el objetivo.

El enfoque es el principal problema que tendremos para realizar las tomas. Al estar tan cerca del sujeto a fotografiar, la profundidad de campo es muy limitada y lo más probable es que sólo podamos enfocar una pequeña zona del mismo (esto también pasa con los objetivos macro, no es algo único de este sistema). Para solucionar esto, más adelante, en otra entrada, comentaremos cómo se salvar este problema utilizando la técnica de foco total.




Como podéis observar en las dos tomas anteriores, la profundidad de campo es apenas de unos 3 mm y por mucho que juguemos con el diafragma, apenas se verá afectada.

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