sábado, 20 de diciembre de 2014

Helvética



Empezando con temas de diseño, el primer punto a tratar es la tipografía. Ésta siempre es la base sobre la que comienza un buen trabajo. Sea lo que sea lo que vayamos a vender y por muy buena que sea una imagen del producto que tengamos, esta imagen siempre tendrá que ir acompañada por algo de texto, aunque sólo sea el nombre del producto en su propia etiqueta. Más adelante hablaremos de las características de los tipos de letras y las sensaciones que transmiten, de momento vamos a empezar con un repaso a varias familias tipográficas importantes que todo diseñador que se precie debe ser capaz de reconocer a primera vista. Cómo no, la primera de la lista y quizás la más reconocida internacionalmente, la  Helvética.



Sus características principales son legibilidad y neutralidad. Es un tipo de letra que no transmite ninguna sensación en sí misma, virtud ésta que junto a su versatilidad y a la gran cantidad de variantes que ofrece, la convierte en apta para infinidad de situaciones.

En cuanto a su historia, llevaba ya cincuenta años utilizándose la Akzidenz Grotesk cuando Eduard Hoffman (Fundición Haas) solicitó a Max Miedinger el desarrollo de una versión más moderna de este tipo de letra. La Neue Haas Grotesk fue el resultado. Haas vendió la patente a Stempel y Linotype, quienes la rebautizaron como Helvética (derivado de su nombre latino de Suiza y vinculado al grafismo suizo). Durante la década de los sesenta, la Helvética llegó a convertirse en el tipo sin remate más popular.

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